Hay una idea que nos lleva acompañando mucho tiempo y que se refiere a la importancia del desayuno dentro de la alimentación de cualquier persona, considerándola la comida más importante del día. Aunque los expertos no se ponen de acuerdo en esto, y siempre suelen ser más cautos, afirmando que todas las comidas son importantes y necesarias, lo cierto es que esa teoría no anda muy desencaminada, en el sentido de que tiene mucha lógica considerar que nuestro desayuno nos servirá para tener un día más productivo, para encarrilar mejor la jornada, tanto con fuerzas como luego también a la hora del resto de comidas. Es la forma ideal de empezar el día, pero hay muchas personas que todavía no se han dado cuenta de esa tremenda importancia, y suelen desayunar cualquier cosa.
Llama la atención, por ejemplo, que en muchos países el desayuno clásico sea un café con una tostada, algo muy limitado, mientras que en otros el desayuno parece una verdadera comida con zumo, leche, frutas e incluso carne. El desayuno inglés o el americano son realmente contundentes y ayudan a ganar vitalidad a esa primera hora de la mañana. Y en todos ellos hay siempre algo que se repite. Un elemento que acompaña desde siempre en el desayuno a los americanos e ingleses, y cada vez más a los de otras nacionalidades: el zumo de naranja. Este producto, siempre que sea natural, aporta una gran cantidad de vitaminas y nutrientes que no solo nos permiten empezar el día de la mejor forma posible, sino que nos protegen y refuerzan nuestro sistema de defensas, especialmente en los meses más fríos. El zumo de naranja es una de esas bebidas imprescindibles dentro de una dieta, no para bajar kilos, sino para mantener una alimentación sana y equilibrada, y aquí te vamos a dar muy buenas razones para que empieces a tomarlo, si todavía no lo haces.
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